Desde que era pequeña, he sentido una profunda conexión con la naturaleza. Cada hoja, flor y rayo de sol tiene su propia historia, y siempre supe que quería canalizar esa inspiración en algo especial. Así nació Anante Joyería, un proyecto que combina mi amor por el diseño y la naturaleza, para crear piezas únicas que cuentan historias, al igual que nuestra tierra.
Recuerdo con cariño cómo, de niña, me dedicaba a hacer pulseras de chaquira y diseñar vestuarios para mis muñecas, sin saber que ese amor por la creación crecería conmigo. Mi pasión por el diseño me llevó a estudiar en el Tecnológico de Monterrey, donde descubrí mi verdadera vocación durante una clase de joyería. Recuerdo que, cuando me preguntaron qué era lo más bonito de diseñar joyas, respondí: “el poder crear piezas pequeñas llenas de detalles y significado, que se convierten en algo enorme para quienes las poseen, compartiendo momentos y recuerdos”. Desde ese momento, supe que estaba en el camino correcto.
A lo largo de mi carrera, tuve la fortuna de aprender de grandes mentores como Fer Bobadilla y Tanya Moss, quienes me dieron las bases para dar vida a Anante Joyería. Con esfuerzo, en 2017 fui finalista del Premio Nacional de Diseño con mi colección Perenne, y en 2018 tuve la oportunidad de participar en una pasarela de RAW Artists, donde presenté cinco colecciones que marcaron el lanzamiento oficial de la marca.
Anante Joyería es el resultado de años de aprendizaje, pasión y dedicación. Cada colección refleja una parte de mí y de mi historia personal, pero también está pensada para las mujeres multifacéticas de hoy: mamás, emprendedoras, soñadoras. Ellas, al igual que las joyas que diseño, son únicas y llenas de belleza interior.
Crear Anante no solo ha sido un sueño hecho realidad, sino también un compromiso para seguir innovando y creando piezas que no solo sean accesorios, sino símbolos de amor, momentos importantes y que permitan a cada mujer expresar su autenticidad. Me siento bendecida de poder crear joyas que conectan profundamente con quienes las usan.
¡Gracias por ser parte de este viaje, que aún tiene muchas historias por contar!
- Karen Chapa